Miles de personas se congregaron en las calles de Chilpancingo, Guerrero, para despedir a Alejandro Arcos Catalán, alcalde del PRD, asesinado el pasado domingo. Su cuerpo fue hallado en un vehículo abandonado en la colonia Villas del Roble, lo que conmocionó a la comunidad y desató exigencias de justicia.
Tras el hallazgo, el cadáver fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo) y, más tarde, llevado a una funeraria. El velorio se realizó en la Parroquia del Barrio de la Santa Cruz, donde se reunieron funcionarios municipales y políticos locales, como el exgobernador Héctor Astudillo y el ex candidato al Senado Mario Moreno Arcos. Sin embargo, ningún representante del gobierno estatal asistió, aunque se envió una corona en nombre de la gobernadora Evelyn Salgado.
Durante el cortejo fúnebre, que comenzó en la parroquia y se dirigió a la Catedral de Santa María de la Asunción, cientos de personas acompañaron el paso del féretro, lanzando pétalos de rosa y gritando “justicia” y “presidente”. Después de la misa, Arcos Catalán fue despedido por trabajadores del Ayuntamiento, quienes formaron vallas humanas hasta el Palacio Municipal.
La despedida culminó en el Parque Cementerio la Paz, donde se realizó el sepelio en una ceremonia privada.