La adolescencia representa una etapa compleja y confusa en el desarrollo humano, tanto para los propios adolescentes como para sus padres. Este período no es fácil de transitar, y ser padre de un adolescente puede ser igualmente desafiante, ya que a menudo se intenta imponer en lugar de escuchar en el constante esfuerzo por cuidar a los menores.
Expertos de la Academia Estadounidense de Pediatría enfatizan que, para los padres de adolescentes, es esencial abordar estas conversaciones con una mente abierta. Es común que los padres expresen sus expectativas sin considerar los pensamientos o emociones de los adolescentes.
Una vez establecida esta apertura mental, es crucial escuchar las inquietudes relacionadas con el desarrollo sexual, el deseo sexual y la naturaleza de la identidad sexual que los jóvenes están experimentando.
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La comunicación debe ser respaldada por respuestas asertivas y objetivas, y estar bien informado y actualizado es una herramienta fundamental para facilitar el diálogo entre padres e hijos.
El fenómeno de la sobresexualización, donde los medios, las redes sociales y la publicidad tienden a glorificar la sexualidad irresponsable, es un desafío. Los expertos sugieren abordar temas sexuales con honestidad, explicando la parte biológica y los cambios que se avecinan en el cuerpo de los adolescentes, y mantenerse abiertos a las dudas que puedan surgir, ya sea en lo físico, emocional o sexual.
La sobreexposición sexual que enfrentan los adolescentes exige una guía constante por parte de los padres. Acompañarlos, monitorear lo que ven y escuchan, y proporcionar orientación son elementos clave. Además, se destaca la importancia de educar a los adolescentes sobre las consecuencias de las decisiones sexuales, más allá de si deciden o no tener relaciones sexuales.
En medio de la sobresexualización, los padres deben hablar con claridad sobre el significado real del sexo, fomentando una comprensión saludable y libre de tabúes. La responsabilidad recae en los adultos de controlar lo que consumen los menores, asegurándose de que provenga de fuentes apropiadas para su edad.
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Aunque los hijos puedan parecer más maduros, es fundamental recordar que están más cerca de ser niños que de adultos. Estar al tanto de sus gustos y hábitos de consumo ayuda a decidir si están absorbiendo información apropiada.
Hablar con los hijos sobre temas importantes como la sexualidad puede resultar incómodo, pero no debe evitarse. Es esencial recordarles cuánto se les quiere y que, pase lo que pase, seguirán contando con amor y apoyo.
Finalmente, más allá de las palabras y la información, el amor hacia los hijos es la herramienta fundamental. Este amor impulsa la confianza, permitiendo que los adolescentes tomen decisiones informadas y responsables sobre su sexualidad, cuidándose a sí mismos y a los demás. Mantener el canal de comunicación abierto y ser consejeros y compañeros en quienes confiar es esencial para guiar a los hijos a través de esta fase crucial de sus vidas.
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