Las stablecoins se masifican y desde el G20 llaman a ponerle freno

Las stablecoins se masifican y desde el G20 llaman a ponerle freno

En los últimos cuatro años, las transferencias de stablecoins han crecido más de dieciséis veces, reflejando la creciente adopción de criptomonedas a nivel mundial, según datos de Token Terminal. En abril pasado, el volumen mensual de transferencias de stablecoins alcanzó un máximo histórico de USD 1,68 billones, comparado con los USD 100.000 millones de octubre de 2020.

Este aumento ha generado preocupación en el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), que ve un peligro inminente para las finanzas globales, especialmente en países emergentes y en desarrollo como Brasil, Argentina y Nigeria. El FSB advierte sobre los riesgos macrofinancieros de usar stablecoins vinculadas a monedas extranjeras, principalmente el dólar, que podrían desestabilizar los flujos financieros y tensar los recursos fiscales.


El G20, a través del FSB, pide una regulación estricta de las stablecoins para mitigar estos peligros, citando el Reglamento del Mercado de Criptoactivos (MiCA) de la Unión Europea como un ejemplo a seguir. MiCA impone exigencias estrictas para la emisión y comercio de stablecoins, lo que llevó a Tether a decidir no registrarse en la región debido a las limitaciones impuestas.

En Brasil y Argentina, donde el uso de stablecoins es significativo, se destaca un aumento considerable en el volumen de transacciones. Solo en Brasil, el número de personas que poseen stablecoins y criptoactivos aumentó más del 178% en el último año, con el 93% del volumen relacionado con stablecoins como USDT. En Argentina, durante 2023, se movieron alrededor de USD 55 millones mensuales en criptomonedas, principalmente USDT.

Pese a las advertencias del FSB, las stablecoins siguen creciendo en popularidad y se han convertido en una herramienta clave en el mercado de criptomonedas. Según Sami Start, CEO de Transak, la integración de stablecoins en el sector de activos tokenizados del mundo real demuestra su potencial para mejorar la inclusión económica y remodelar las finanzas tradicionales. Start sostiene que las stablecoins democratizan el acceso a la riqueza, permitiendo a más personas participar en los mercados financieros globales.