Hace apenas unas horas, se conoció que Elon Musk tomó la decisión de cerrar X (antes conocida como Twitter) en Brasil, alegando estar en contra de lo que consideraba censura por parte del país sudamericano en la plataforma. Esta decisión, sumada a la reciente entrevista que Musk realizó a Donald Trump, ha puesto a la red social en el centro de una nueva polémica. Y, como suele suceder, Musk vuelve a ser noticia, esta vez por un asunto que juega en su contra.
Según un reciente informe de Ars Technica, Musk deberá desembolsar más de medio millón de euros tras un conflicto legal que se originó a raíz de un ultimátum que envió a un antiguo empleado de la compañía. En 2022, poco después de adquirir Twitter, Musk envió un correo a sus empleados exigiéndoles que, en un plazo de 24 horas, hicieran clic en “sí” si deseaban continuar en la empresa, advirtiendo que no hacerlo se interpretaría como una renuncia voluntaria. Sin embargo, un tribunal en Irlanda determinó que este correo no ofrecía un aviso adecuado y que la falta de respuesta no podía considerarse una renuncia válida. Además, el tribunal dictaminó que los correos estaban diseñados para que los empleados aceptaran los términos sin estar plenamente informados.
Debido a este fallo, Musk deberá indemnizar a Gary Rooney, un alto ejecutivo de la empresa en Irlanda, por despido improcedente. El tribunal concluyó que el despido de Rooney fue injusto, ya que su contrato especificaba que cualquier renuncia debía realizarse por escrito. En consecuencia, X tendrá que pagarle a Rooney más de 600.000 euros, de los cuales 200.000 están destinados a cubrir pérdidas futuras de ingresos. La cifra podría haber sido aún mayor, pero el tribunal rechazó la solicitud de Rooney de recibir un bono de rendimiento.
Para intentar defenderse, los representantes de X argumentaron que Rooney había manifestado su intención de renunciar tanto en Slack como en la propia red social. No obstante, el tribunal consideró irrelevantes estos argumentos y falló a favor del ex empleado de Twitter. Como dato adicional, de los 270 empleados en Irlanda que recibieron el correo de Musk, solo 35 decidieron no hacer clic en “sí”, lo que evidencia el impacto de la medida. Esta situación suma un nuevo episodio en la larga lista de controversias que rodean a Musk y su gestión de X.