La inteligencia artificial (IA) ha avanzado rápidamente, permitiendo crear contenidos audiovisuales que replican la imagen y voz de celebridades. Esto ha generado controversias sobre derechos de propiedad y privacidad. La capacidad de la IA para producir videos y audios indistinguibles de personas reales plantea preocupaciones sobre el consentimiento y uso no autorizado de identidades. Recientemente, una empresa estadounidense logró un acuerdo con herederos de algunas estrellas de Hollywood, estableciendo un precedente en la industria del entretenimiento.
La empresa ElevenLabs anunció una innovación en su aplicación Reader, que permitirá a los usuarios escuchar voces de celebridades fallecidas como Judy Garland, James Dean y Burt Reynolds narrando textos, aunque estas estrellas nunca grabaron audio para audiolibros. Este desarrollo transforma cualquier texto en narraciones con voces generadas digitalmente. ElevenLabs ha firmado acuerdos con los herederos de los actores, aunque no se han revelado detalles sobre la compensación. Esto destaca el potencial de la IA en Hollywood y sienta un precedente en términos de licencias y acuerdos con herederos.
El uso de IA para replicar voces de celebridades ha generado inquietudes sobre su ética en la industria cinematográfica y periodística. La controversia se intensificó cuando ElevenLabs fue criticada por la creación de una falsa llamada del presidente Joe Biden. Según David Gunkel, profesor en la Universidad del Norte de Illinois, aunque no se pueden proteger las voces con derechos de autor, sí es posible hacerlo con las grabaciones. Las asociaciones de ElevenLabs están dentro de la ley, permitiendo a los herederos recibir compensación por licencias y acuerdos.
NBC también ha intensificado el uso de IA en locuciones, incluyendo una versión generada por IA del comentarista Al Michaels en los resúmenes diarios de los Juegos Olímpicos en su plataforma Peacock. La recepción del público a estas voces generadas por IA y las preocupaciones sobre autenticidad aún son inciertas. Este avance en la IA en el entretenimiento y periodismo suscita debates sobre derechos de autor y autenticidad, planteando importantes interrogantes éticos y legales para el futuro de la tecnología en los medios de comunicación.