Puede que tal y como avance la temporada crezca como equipo lo suficiente como para tener la solvencia necesaria para luchar por el 'Scudetto', pero el Milan de Paulo Fonseca se mostró este sábado más que vulnerable y necesitó de dos goles en el tramo final para salvar un punto ante el Torino en casa (2-2). Uno de esos tantos lo firmó Álvaro Morata, que jugó la última media hora del encuentro y justificó con creces la apuesta que han hecho los 'rossoneri' por él.
Pareció en el arranque del duelo que el mismo sería sencillo para el Milan, pero con el paso de los minutos se le fue complicando. Pudo adelantarse en el marcador el conjunto en el que se estrenaba en partido oficial Paulo Fonseca, pero perdonó y lo acabó pagando. El fútbol suele castigar a los que se pasan de indulgentes y acostumbra a hacerlo con crueldad. Así fue, porque el 0-1 del Torino llegó en un contragolpe, sin que Paolo Vanoli se hubiesen acercado antes a los dominios de Mike Maignan, y con Thiaw introduciendo el balón en su propia portería en su intento de despeje sobre la línea de gol.
Ese 0-1, con el que se llegó al descanso, le hizo daño al Milan, que por momentos fue un 'quiero y no puedo'. Los nervios fueron creciendo en los de Paulo Fonseca y el Torino supo aprovecharlo para doblar su ventaja. Fue en el 68', cuando Duván Zapata cabeceó en boca de gol un centro de Lazaro desde la izquierda.
Con ese 0-2 pintaba muy mal la cosa para el Milan, pero poco antes de encajar dicho tanto había saltado al terreno de juego un Álvaro Morata a la postre fundamental para que los 'rossoneri' salvasen un punto. Le dio un aire diferente al ataque y fue el encargado de firmar el 1-2 en el 89' con un buen remate de primeras desde dentro del área. Ese tanto fue oxígeno y su compañero Noah Okafor, en el último suspiro (90+5') hizo el definitivo 2-2 tras un buen centro de Musah desde la derecha. Quería ganar el Milan y no lo hizo, pero dado como fue el partido puede dar por bueno el puntito logrado.