El expresidente Donald Trump ha revelado en varios mítines su intención de invocar la ley de Enemigos Extranjeros, promulgada en 1798, para deportar migrantes indocumentados sin el debido proceso legal si regresa al poder. Esta ley, históricamente utilizada en tiempos de guerra, permitió durante la II Guerra Mundial la detención de ciudadanos de origen japonés, alemán e italiano sin orden judicial. Trump prometió deportar masivamente a lo que llama "criminales" migrantes y nombró su plan "Operación Aurora", en referencia a la ciudad de Aurora, Colorado, donde anunció su propuesta.
Trump ha intensificado su retórica antiinmigrante, vinculando falsamente a los migrantes con la criminalidad y asegurando que son responsables de quitar empleos a los estadounidenses, a pesar de que diversos estudios desmienten estas afirmaciones. El expresidente ha centrado su discurso en casos de delitos relacionados con supuestos miembros de la banda venezolana Tren de Aragua, utilizando estos ejemplos para justificar su plan.
La ley de Enemigos Extranjeros fue creada después de la Guerra de Independencia y ha sido utilizada solo en tiempos de guerra o invasión. Aunque Trump podría activarla sin necesidad de la aprobación del Congreso, su aplicación en el contexto migratorio sería sin precedentes y ha sido criticada por expertos legales. Además, un proyecto de ley llamado "Vecinos no Enemigos", presentado por congresistas progresistas, busca revocar esta ley por considerarla inconstitucional.
Trump ya implementó políticas similares durante su primer mandato, como la prohibición de ingreso a personas de países de mayoría musulmana, medida que fue bloqueada por los tribunales tras provocar controversias y violaciones de derechos civiles.