Con esta ratificación, Ronald Johnson volverá a ocupar un cargo diplomático en América Latina, repitiendo la experiencia que tuvo durante el primer mandato de Donald Trump en El Salvador. En aquel entonces, el presidente destacó su labor en la reducción del crimen y la migración en dicho país. Ahora, en su nuevo rol en México, Johnson aportará una amplia trayectoria en inteligencia y en el ámbito militar, habiendo sido boina verde del ejército estadounidense y agente de la CIA durante más de dos décadas.
Entre los principales objetivos de su gestión en México se encontrará la implementación de la política exterior de Donald Trump, la cual, en sus primeros meses, ha mostrado una postura firme en temas arancelarios y de seguridad, llegando incluso a catalogar a los cárteles mexicanos como grupos del crimen organizado. El propio presidente, al anunciar su nominación, señaló que Johnson trabajaría en estrecha colaboración con el candidato a Secretario de Estado, Marco Rubio, para promover la seguridad y la prosperidad de la nación a través de políticas de "Estados Unidos primero".
En su presentación ante los senadores, Ronald Johnson enfatizó que una de sus prioridades será fortalecer el estado de derecho en la frontera y fomentar la cooperación con las autoridades mexicanas para detener la migración ilegal y facilitar la deportación de ciudadanos mexicanos indocumentados en Estados Unidos. Su experiencia previa en operaciones especiales y temas de seguridad en América Latina y los Balcanes podría influir en su enfoque para abordar los complejos desafíos que implica la relación bilateral entre Estados Unidos y México en materia de seguridad y migración.